¿Cómo ganar la confianza de una persona mayor a cargo?
Cuando una persona mayor necesita de la asistencia de un tercero y sus familiares no pueden hacerse cargo, la opción siempre es contratar un cuidador domiciliario. Pero entrar a la casa de ellos y ganar la confianza necesaria para establecer una buena relación entre cuidador-paciente no suele ser fácil. Más si siempre fueron muy independientes antes de que necesiten de asistencia. Os compartimos algunos consejos para alcanzar esa confianza.
Ser amable, no simpático
Está claro que uno siempre debe ser amable ante cualquier persona, pero hay veces que podemos confundir la amabilidad con simpatía. La amabilidad siempre es un factor clave y puede llevarnos a la simpatía sin que la forcemos. Mantengamos la distancia hasta que la persona mayor vea que puede confiar sin problemas. No forcemos las cosas, si todo se da de manera natural será mucho mejor para ambas partes.
Respetar su espacio
Otro factor a tener en cuenta es entender que es su casa. Ya tienen rutinas y normas que cumplen y desean que el resto también lo hagan. Recordad que un cuidador es un extraño y no un familiar. Si no es necesaria nuestra asistencia para que se despierten o bañen, dejemos ese espacio para ellos. Pidamos permiso cada vez que entremos. Solo así con el paso de los días ellos mismos nos abrirán las puertas. No seáis invasivos.
Respetemos sus actividades
Las personas mayores ya traen consigo actividades que realizan de una manera y tiempo determinado. Antes de proponerles cualquier tipo de actividad consultemos cuales son las que realiza actualmente y dejemos que las mantengan a su ritmo. Lo mejor que podemos hacer es ver si necesita algo o algún tipo de ayuda, siempre y cuando la soliciten.
Respetemos sus visitas
Además de actividades, también puede que reciban amigos o familiares en casa. Dejemos ese tiempo y espacio para que se desenvuelvan con naturalidad. No estemos de policía, lo mejor que podemos hacer para ayudar es brindarles si necesitan algo para tomar o comer. Podemos indicarles en donde vamos a estar por si necesitaran algo más.
Respetemos la organización de espacios y orden de cosas
No cambiemos nada de lugar, salvo que expresamente ellos no los pidan. Ellos ya tenían un orden y organización con la que de desempeñan correctamente. Cualquier cambio brusco puede generar rispidez en la relación y ser motivo de un cambio de cuidador. Si por una causa mayor debimos re organizar algo hay que comunicarlo de inmediato y ver si la persona mayor no prefiere re ubicarlo en un lugar donde le sea más cómodo.
Tratemos de ser una ayuda y no un obstáculo. Las relaciones entre personas nunca son fáciles y menos cuando se da en un contexto de ayuda a un tercero.