Cuida a los adultos mayores sin olvidar su autonomía
¿Os acordáis cuando alcanzasteis la mayoría de edad? Un gran cambio en la vida de toda persona y en todo sentido. La adultez es el camino a la independencia y no hay nada mejor que probar iros a vivir solos en la medida de lo posible. Y aunque a cierta edad una persona requiera del acompañamiento de otra persona, ya sea un hijo o un asistente, no olvidéis que sigue siendo una persona con sus tiempos y necesidades propias. No debemos intervenir en eso para alcanzar una conección óptima entre ambas partes.
La armonía es la clave para toda relación y en el caso de los adultos es primordial alcanzarla para que haya plena confianza y no haya roces innecesarios.
Si vuestro padre o madre acostumbra a despertarse tarde no los obliguéis a despertar antes. Si debe tomar un medicamento a cierta hora podemos ayudarlos a formar el hábito pero sin modificar sus horarios. También el hecho de irse a dormir a la noche. Si bien lo ideal es que no trasnochen, si era algo que solía hacer tratar de no modificarlo bruscamente. Si estáis viviendo en el mismo hogar incluso podéis acomodar sus horarios por el simple hecho de irse temprano. Con el paso de los días terminará amoldando sus horarios a la persona con la que vive.
Otro punto también crucial es el manejo del dinero, no toméis el control de sus gastos sino asistirlo en esos asuntos. Recordad que la pensión es el fruto de su trabajo y como cualquier persona querrá disponer libremente de ese dinero.
Hay muchos más aspectos que podemos analizar pero siempre tened en cuenta el estado de la persona. No es lo mismo alguien que puede salir de casa sin muchas dificultades, que tiene amistades a las que visita que alguien que por su condición no puede desplazarse con tranquilidad.
Lo importante es que la asistencia o ayuda no sea un antes y después de su vida habitual, sino que se amolde a su estilo de vida.