Cuidado con la Salmonella en verano
La Salmonella es una bacteria que produce una infección llamada Salmonelosis y es muy común en verano. La misma se transmite por el consumo de comida contaminada como huevos crudos, carne cruda, frutas, verduras y lácteos. Al estar de vacaciones no solemos ir a los lugares que vamos siempre de compra y desconocemos como manipulan los alimentos. Entonces nos encontramos ante el reto también de buscar el lugar más higiénico que podamos encontrar.
La bacteria se aloja en los intestinos de animales y personas, por lo que el principal canal de contagio son las heces. Por ello es primordial la higiene presente en los locales donde compramos y si tenemos a algún familiar contagiado con esta enfermedad.
Cualquier persona puede padecer esta afección, pero el grupo más vulnerable son los niños menores de cinco años o personas con las defensas bajas por otras patologías como VIH o cáncer.
¿Cuáles son los síntomas de la salmonella?
Los síntomas de esta infección son los siguientes:
Fiebre
Diarrea
Náuseas
Cólicos
Sensibilidad
Calambres abdominales
Vómitos
Escalofríos
Dolor muscular
Sangre en las heces
¿Cuál es su tratamiento?
La Salmonella produce una importante deshidratación del paciente, por lo que el médico puede recetar medicamentos para frenar la diarrea y antibióticos para restaurar la pérdida de electrolitos y líquidos.
No hay un medicamento en concreto contra esta bacteria, pero si una serie de recomendaciones:
Reposo
Beber abundantes líquidos para proteger el cuerpo de la deshidratación
Se recomienda tomar infusiones, bebidas isotónicas o caldo de pollo sin grasa
Seguir una dieta blanda, exenta de grasa y poco copiosa
Se recomienda consumir pollo o pavo cocinado sin piel, hervido o a la plancha. También pescado blanco elaborado de la misma forma
Incluir en la dieta frutas como el plátano, la manzana, la pera o el melocotón
Evitar el consumo de bollería, dulces, alcohol, frutos secos, leche, condimentos picantes, embutidos y de quesos grasos
¿Cómo podemos prevenir esta enfermedad?
Ya lo dice el dicho, "más vale prevenir que curar", y al ser una enfermedad con un principal medio de contacto la comida estás son algunas de las medidas que podemos tomar:
Evitar los lácteos crudos y tomarlos pasteurizados
Tener cuidado con los hielos, asegurarse siempre de que estén hechos de agua potable
Asegurarse de cocinar bien los alimentos
En restaurantes, no dejar los alimentos mucho tiempo, mejor tomarlos nada más ser servidos
Desinfectarse bien las manos antes de manipular alimentos, sobre todo en caso de estar en contacto con animales de granja o mascotas
Lavar cuidadosamente las frutas y verduras
Separar los alimentos crudos de los cocidos para evitar la contaminación cruzada
Mantener los alimentos refrigerados en frío (temperatura inferior a los 5º C)