Cuidador: no te dejes llevar por la ira o el enfado
Como en toda profesión podemos encontrarnos en momentos donde aparece la ira o el enfado por algo que nos ha sucedido. Como responsable de una persona mayor debemos controlar estos impulsos.

Cuidador: no te dejes llevar por la ira o el enfado

Aunque parecen palabras similares, no lo son tanto. La ira es una rabia intensa y que se representa de forma física, mientras que el enfado esta asociado a lo emocional. No obstante, ambas son reflejos de algo que está pasando y debemos preguntarnos porque: ¿es realmente un ataque hacia mi persona?, ¿viene directo hacia a mi?, ¿qué es lo que no me gusta que me ha enfadado?.

Esta serie de preguntas, entre otras muchas que te puedes hacer, te ayudarán a entender el porque de la situación y saber llevarlo a buen puerto.

Podemos neutralizar estos sentimientos respirando profundo, tomando agua, hacer algún deporte o simplemente salir a caminar. Nunca volcar estas emociones en otros sino buscar la forma de canalizarlo en otros ámbitos.

Todo cuidador, ademas de cuidar a una persona dependiente, también debe cuidar de si mismo para que este trabajo no se vuelva en un conflicto contra su vocación si es profesional o si es un familiar que debe ayudar por si mismo a sus padres al no disponer de dinero para contratar a un experto.

La ira o enojo nunca deben interferir en tu trabajo, siempre debes buscar la forma de evitarlo, contenerlo y dejarlo para cuando se esta fuera del trabajo como decíamos antes haciendo algún deporte o ir caminando a casa.

Cuidar a una persona mayor no es algo fácil y pese a prepararse para todo estaremos igual expuestos a situaciones que no nos gustan para nada. Recuerda que estás ahí para ayudar y no para ser un problema más.

Recordad que contamos con servicios de asistencia a domicilio y hospitalaria. Así como servicios de limpieza para vuestros mayores.

Los niveles de dependencia a los que debemos tener en cuenta
Los niveles de dependencia al momento de atender a una persona mayor varían en cuanto al nivel de atención al que debemos estar frente a un paciente. Por ello,es bueno poder detectarlos para actuar en consecuencia.