Depresión: señales y tipos a tener en cuenta
La depresión afecta a muchísimas personas mayores, sobre todo a aquellas que están solas o han perdido su independencia motriz. Por ello, tanto familiares como cuidadores, deben estar atentos para detectar el problema y evitar que sus efectos acaben en más problemas para el adulto mayor.
La forma más clara y evidente de saber si están o no con un cuadro depresivo es verlos desanimados, sin ganas de nada, todo el tiempo cansado o falta de sueño o apetito. Aunque también pueden deberse a alguna enfermedad que este padeciendo. Lo importante es estar atentos a este comportamiento.
Ya de por si el envejecimiento es un momento de grandes cambios, no solo físicos. Nos jubilamos, ya no tenemos obligaciones, tenemos demasiado tiempo libre y no sabemos que hacer con ello. Puede que haya algún problema médico en uno mismo o en nuestra pareja. Factores que contribuyen a que una persona mayor caiga en un cuadro depresivo.
Tipos de depresión:
Normalmente, el que no es experto en el tema, suele englobar a la depresión como un todo. Pero existen varios tipos:
- Depresión grave o mayor: síntomas graves que interfieren con la capacidad de trabajar, dormir, concentrarse, comer y disfrutar de la vida. Algunas personas pueden tener un solo episodio en la vida, pero es más común tener varios episodios
- Trastorno depresivo persistente (distimia): síntomas de depresión no tan fuertes como los de la depresión grave, pero que duran por mucho tiempo (por lo menos dos años)
- Depresión menor: síntomas de depresión que no son tan fuertes como los de la depresión grave o del trastorno depresivo persistente y que no duran mucho tiempo
Señales:
Aunque la depresión se puede llegar a confundir por un estado de tristeza por diversos motivos, hay más señales que nos permitirán identificar si está pasando o no por un cuadro de presión:
- Estado de ánimo constantemente triste o ansioso
- Sentirse “vacío” gran parte del tiempo
- Pérdida de interés o de placer en los pasatiempos y las actividades
- Pesimismo o falta de esperanza
- Sentimientos de culpa, falta de auto-estima e impotencia
- Fatiga o tener menos energía, sentir que se mueve o habla más lentamente
- Dificultad para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones
- Problemas para dormir, incluyendo despertarse muy temprano o dormir demasiado
- Cambios en el apetito o el peso, sin proponérselos
- Pensamientos sobre la muerte o el suicidio o intentos de suicidio
- Sentirse inquieto o irritable
- Dolores y molestias físicas, como dolor de cabeza, calambres o trastornos digestivos sin ninguna causa física aparente y que no se alivian ni siquiera con tratamiento
Si la persona mayor cuenta con estos síntomas, será importante acudir a un especialista para realizar el tratamiento adecuado y darle una mayor calidad de vida.