Fibromalgia y fatiga crónica: Los incomprendidos en la salud de las personas mayores
La fibromalgia y fatiga crónica son enfermedades que afectan las funciones motoras y no motoras de las personas mayores. Esto puede ser un verdadero calvario para quien las padece, ya que no encuentran un correcto diagnóstico y esto puede acaba en otros problemas como depresión y reducir la calidad de vida del paciente. Por ello es necesario que reciban todo el apoyo posible. Pero vamos a definir cada una.
Fibromalgia
Es una de las enfermedades reumáticas más frecuente y afecta casi al 3% de la población española. Se caracteriza por el dolor generalizado, fatiga y por contracturas musculares, sin necesidad de inflamaciones en el aparato locomotor. Afecta, principalmente, a los músculos y tendones del cuerpo, sobre todo, en los puntos sensibles del cuerpo.
Esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad, sin embargo, es mucho más frecuente entre personas mayores. Las personas que se someten a situaciones de alto estrés y los pacientes tratados en cirugía, traumatismo, enfermedades reumáticas o por infecciones crónicas pueden desencadenar la Fibromialgia con facilidad. Los tumores malignos, las enfermedades neurológicas como el Parkinson y las infecciones virales también pueden contribuir en la aparición de la misma.
No se conocen las causas exactas, pero puede tratarse de un factor hereditario y genético. Las mujeres tienen nueves veces más posibilidades de padecer Fibromialgia que los hombres.
Fatiga crónica
Es una enfermedad neurológica grave y crónica que afecta, en muchos aspectos, a nuestras funciones motoras y no motoras. En 2018, las estadísticas en España alcanzaban las 300.000 personas.
Es un trastorno complejo que se caracteriza por un agotamiento extremo que no disminuye con reposo ni tiempo. Este síndrome afecta a varios sistemas del cuerpo del paciente: cardiovascular, endocrino, inmunológico y neurológico. Además, el agotamiento puede empeorar con el ejercicio físico y mental.
Cualquier persona puede padecer este síndrome. Aún así, los pacientes a quienes es más frecuente que se les diagnostique este trastorno son las personas de 40 a 60 años, aunque también puede ser frecuente en niños y en mayores de 20 años. También afecta más a mujeres que a hombres.
Las causas siguen siendo desconocidas. Además, puede llegar a existir más de un desencadenante. Los médicos no lo consideran una enfermedad y aún no existen pruebas de que sea un trastorno neurológico. Puede ser transmitida por herencia con un 15% de probabilidades.
Algunas de las afecciones que pueden conducir a este trastorno es la obesidad, lupus, hipotiroidismo, depresión o trastornos alimentarios.
La enfermedad se escala en tres niveles y comparte algunos síntomas con la anterior como dolor en las articulaciones y músculos.
Como veis, son enfermedades con aspectos similares, pero con la falta de información en la segunda se puede llegar a confundir una con la otra. En próximos artículos os detallaremos más al respecto de cada una de ellas.